Sobre mí

De mi infancia destacó tres aspectos que conforman mi personalidad: una educación familiar materna basada en la libertad, la comunicación y el apoyo incondicional; una educación primaria curricular que paralizó mi creatividad y un desarrollo social brutal que hizo de la calle mi mejor colegio.

Me favoreció vivir en un hogar humilde porque creo que en esas circunstancias conoces lo que cuestan las cosas, eres capaz de esperar por lo que ansías y aprendes a buscarte la vida. Agradecida por ello, pienso que esa es la mejor herencia que me han dejado mis padres.

Estudié y estudié sin encontrar mi vocación y fue a los 23 años cuando di con mi ser creativo, como educadora social y dinamizadora cultural.

Descubrí que me entiendo a las mil maravillas con los infantes, descubrí que se me dan bien las relaciones, descubrí que obrar bien te coloca en la mejor de las posiciones sociales y descubrí que hay un diamante en cada persona que te rodea que puede, si sabes verlo, transportarte a su mundo que también es maravilloso.

Creo día a día una vida emocionante producto de compartir experiencias intensas con personas de cualquier edad, conocidas y desconocidas. Siempre atenta a las señales de la vida y dispuesta a aprender con la mejor de mis sonrisas.

Se puede trabajar y disfrutar al mismo tiempo si das con tu valor personal que yo encontré en mi niña interior, por eso me ilusionó dando forma a mis ideas y compartiendo sabiduría con otras personas en caminos a veces livianos y otras veces llenos obstáculos.

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