Para afrontar diversas dificultades de la vida, sea por indicaciones de un médico terapeuta o bien por iniciativa propia, existen actividades que resultan beneficiosas y de provecho para cultivar la buena salud física y mental.

Algunas personas pueden ejercitarse, a otras les funciona respirar y meditar; mientras que a otros la escritura creativa les produce un mayor nivel de bienestar. Escribir un libro puede servir como herramienta terapéutica para superar diferentes situaciones que pudieron marcar la vida de las personas. Y a continuación encontrarás información muy útil para acompañar el proceso de escritura de un libro con fines terapéuticos.

Razones por las que escribir un libro puede servir como herramienta terapéutica

Generalmente, escribir un libro con fines terapéuticos suele contar con el acompañamiento de sesiones de psicoterapia y, tanto en este caso como en las ocasiones en que se realiza esta actividad por voluntad propia, si se lleva a cabo con constancia y disciplina puede traer como consecuencia la publicación de un exitoso libro.

La escritura, como herramienta de sanación, es muy beneficiosa para la superación de pérdidas, traumas, inseguridades y demás situaciones negativas que pueden influir de forma poco saludable en la calidad de vida de las personas. Se trata de una forma de drenar la energía y liberarse interiormente mientras se adquieren habilidades para escribir y lanzar un libro con mucho valor agregado.

Escribir un libro puede servir como herramienta terapéutica para que la persona se encuentre en la necesidad de realizar ejercicios de introspección, se plantee su ser actual en medio de esa situación que le afecta y busque una solución o el entendimiento de esta, que le lleve a su superación y a ser de ayuda para otras personas que se encuentran en situaciones similares y no han podido hacerse con las habilidades necesarias para superarlas.

Generalmente, esta actividad se realiza en torno al pensamiento autobiográfico, con el cual se busca relatar la historia de vida del escritor o una parte de ella, con el fin de que su lector o cliente ideal se sienta identificado y pueda encontrar en esta publicación un impulso o ayuda para superar una situación similar. Entonces, definir el tema es primordial para ubicar al lector que puede encontrar un alivio para su problema a través del libro.

Cuando se escribe un libro por razones terapéuticas, suele hacerse combinando el conocimiento de la mente, la sensibilidad del corazón y la espiritualidad del alma y esto debe reflejarse en cada detalle asociado al proceso de producción del libro; especialmente en su fase creativa y estrategias de marketing.

Aunque sea necesario tener una idea clara del contenido y contexto del libro antes de iniciar su producción, el simple hecho de proponerse la escritura de un texto con fines terapéuticos obliga a la persona a organizar sus ideas y organizar sus pensamientos, algo muy beneficioso para encontrar soluciones a problemas que quizás se consideren sin solución.

Por otro lado, escribir un libro con fines terapéuticos puede ayudar a la persona a dedicarle tiempo a sus problemas. Esto no quiere decir que los problemas merezcan atención porque se les tiene descuidados, sino dedicarles solamente un momento del día, justamente en el que se realizarán avances en torno a la producción del libro. Pasado este tiempo, la persona podrá enfocarse en otras actividades y dejar el pensamiento recurrente sobre el problema para el día siguiente.

La escritura como herramienta terapéutica, más allá de ser útil para catapultar al escritor a la fama luego de que su libro se haga famoso, resulta provechosa para aflorar miedos, traumas y emociones, para conocerse y reencontrarse a sí mismo, tomar decisiones importantes con mayor seguridad, encontrando alivio y sanación para las dolencias emocionales.

La escritura como herramienta terapéutica no promete la curación total o la superación de cualquier trauma emocional, tampoco está concebida como un sustituto para consultas y sesiones de terapia profesional. Por contra, escribir un libro es un complemento recomendado por los terapeutas como un apoyo para conocerse y afrontar las situaciones negativas desde una perspectiva distinta y nada perjudicial para el bienestar mental.

La escritura creativa de un libro como instrumento terapéutico es útil para impulsar a los pacientes a mirar anécdotas, aprendizajes, miedos, inseguridades y situaciones negativas de su vida desde un ángulo diferente, como si no se tratase de ellos mismos. Para esto, el libro debe escribirse en tercera persona y lo más recomendable es cambiar las condiciones y características del personaje principal, evitando la asociación del escritor con su vida en pro de una mejor fluidez de las ideas.

Por otro lado, en ocasiones las dolencias emocionales no giran en torno a traumas del pasado sino ante la incertidumbre de lo que pueda ocurrir en el futuro. Por ello, escribir un libro puede servir como herramienta terapéutica para canalizar trastornos de ansiedad.

Escribir un libro en tiempo presente, con una descripción clara de la vida que se desea y la forma en que se desea alcanzar planteada con detalle ayudará a sentirlo de forma más real, alcanzable y será una estrategia mental bastante fuerte para aprender a aceptar y aprovechar las oportunidades y actuar con mayor determinación en pro del logro de los objetivos.

La escritura como método terapéutico no requiere la indicación de un terapeuta para llevarse a cabo. Sin embargo, en los casos en que esta herramienta es indicada por un profesional del área puede obtenerse un mayor provecho, debido a que el paciente recibirá orientación constante en torno al proceso de escritura de sus vivencias.

Las personas que decantan, entre las diversas opciones y herramientas terapéuticas por la escritura creativa, suelen reforzar diversos aspectos de su vida y de su aprendizaje, además de ganar herramientas útiles para trabajar en pro de su inteligencia emocional.

Aprenden a practicar la introspección, refuerzan su autoconocimiento, fortalecen la capacidad de comprenderse y perdonarse a sí mismos; también mejoran su capacidad para dar a conocer su historia de vida, sus sentimientos, emociones y pensamientos siendo posible para ellos la visualización de su propia historia desde un panorama menos subjetivo.

En definitiva, escribir un libro puede servir como herramienta terapéutica por diversos motivos y, el más importante de ellos, es que puede ayudar a sanar heridas emocionales que impiden el disfrute de la vida a plenitud, tanto del escritor como de sus posibles lectores. Con un libro no solamente sana el escritor, también sus lectores podrán mejorar su calidad de vida.